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14/06/2021

Condena total de 13 años de cárcel contra imputado por homicidio y porte ilegal de arma de fuego cometidos en Quinta Normal

La Fiscalía pudo acreditar que el acusado cometió el crimen con dolo eventual, ya que no tuvo ningún tipo de resguardo al momento de manipular el arma de fuego, disparando al rostro de la víctima.

Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte.

• En este juicio, la fiscal Pamela Contreras –de la Fiscalía Centro Norte- pudo acreditar que el hecho fue el 25 de agosto de 2019, en un domicilio ubicado en la comuna de Quinta Normal.

• En ese lugar el acusado Víctor Manuel Panguinao Acuña (de 37 años) disparó la pistola marca Star, calibre 32 milímetros, impactando a la víctima Camila Troncoso Sepúlveda en su rostro, provocándole la muerte debido a un traumatismo facio cérvico torácico por proyectil balístico único, sin salida

• Asimismo, Panguinao Acuña mantuvo en su poder el arma de fuego del tipo pistola semiautomática, sin contar con las autorizaciones legales ni reglamentarias para ello.

• Por este hecho, el acusado fue sentenciado a cumplir las penas de diez años y un día de presidio como autor del delito consumado de homicidio simple y a la pena de tres años y un día de presidio por el delito de porte ilegal de un arma de fuego.

EN CUANTO AL DOLO EVENTUAL…

• Con la investigación junto a la PDI y en el transcurso del juicio, se pudo probar el dolo eventual con el que actuó el imputado. A juicio de la Fiscalía el acusado “no tuvo ningún tipo de resguardo al momento de manipular un arma de fuego y accionar el mecanismo de disparo sobre el rostro de la víctima”.

• Al respecto, el Tribunal Oral en su sentencia indica: “En definitiva, al haber podido el acusado suponer lo que podría ocurrir, estuvo en condiciones de evitar los efectos negativos de su acción y haber optado por llevar o guardar el arma de fuego que portaba a un lugar en que no tuviera capacidad para causar perjuicios a terceros, eligiendo un lugar distinto para situarla, que no fuera donde Camila estaba acostada y, muchos menos, apoyarla en el rostro de ésta y ponerla en funcionamiento accionando su mecanismo de disparo, quedando de esta manera acreditado el dolo eventual con el que actuó”.